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Nuestro sistema politico es absoleto pues recrea el poder economico y politico de trasnacionales y socios internos quienes impiden el desarrollo sostenido del pais. La nueva democracia tiene que armarse a partir de organizaciones de base en movimiento. Imposible seguir recreando el endeudamiento, el pillaje y la corrupcion. Urge reemplazar el presidencialismo por parlamentarismo emergido del poder local y regional. Desde aqui impulsaremos debate y movimiento de bases por una nueva democracia
Wednesday, April 19, 2006
Fracasó el neoliberalismo?
por Luis Bravo Villarán; luis-bravo@prmperu.com
El último fin de semana el periodista de origen argentino Opennheimer
entrevistó al candidato Ollanta Humala, ganador de la primera vuelta
electoral con 31% en el Perú.
El periodista estuvo desafortunado al no guardar la debida neutralidad
y haciendo tándem con el embajador Otto Reich de los EEUU, hicieron un
cargamontón al novel político peruano; quien sin embargo, salió airoso
en algunos pasajes de la desequilibrada entrevista.
Por supuesto, la mayor incidencia la dio el conductor, tratando de
arrinconar a Ollanta Humala en sus presuntas inclinaciones
autoritarias, en su explícita admiración al general Velasco, por el
comandante Chávez de Venezuela y, de paso, o como consecuencia, por el
comandante Fidel Castro de Cuba. En estos casos y, generalmente, mucho
mejor es el respeto que la admiración.
Lo más absurdo de la secuencia, fue la afirmación de Reich –secundada
por el entrevistador moderador- sobre que el neoliberalismo ha sido
exitoso en todo el mundo excepto en Latinoamérica, dejando aparte a
Chile que resulta ser el modelo a seguir. Sobre este país, Humala
señaló que se trata de un país nacionalista, desde el momento que
mantiene el cobre (CODELCO) su principal actividad económica, en manos
del Estado, que así tiene los medios presupuestarios para mantener
debidamente equipada a sus FFAA (sucede similarmente en Ecuador, donde
el canon petrolero está directa e íntegramente asignado a las FFAA).
Claro, en el Perú eso no debe ocurrir dada la vocación pacifista de su
actual presidente, que ha propiciado un desequilibrio estratégico sin
precedentes; y porque los dineros en vez de ir a la compra de armas,
deberían ir a superar la pobreza, lo que desde luego no se ha notado
en absoluto, excepto por su sueldo (uno de los más altos del
continente); ¿cándido, o qué?, ¡no que va, neoliberal!
Volviendo al éxito del neoliberalismo que desde luego no se nota en el
Perú, donde la economía ha crecido, pero el desarrollo se ha estancado
y la pobreza sigue altísima; y recurriendo a lo escrito por el
embajador Oswaldo de Rivero en su libro El Mito del Desarrollo,
pasamos a retratar la verdad del neoliberalismo:
** ... Durante los 40 años pasados, el desarrollo nacional ha sido
pre-anunciado muchas veces y en muchos lugares. En los años 70, era
considerado una conclusión prevista que Brasil conquistaría la pobreza
y se convertiría en una de las potencias del mundo del futuro.
Entonces, igual era dicho de la India. Finalmente, México y los
"países que emergían" de Asia estaban en el mismo camino. Después de
sus crisis financieras severas, la única esperanza restante es China,
un país con más de 1.2 mil millones habitantes, ensillados con
problemas ecológicos severos y donde solamente unos 400 millones de
habitantes tienen suficiente renta para ser consumidores en la
economía global.
El hecho es que en los albores del siglo XXI, hay sobre 100 países que
no se han desarrollado y solamente 3 nuevos países industrializados:
Corea del Sur, Taiwán y Singapur. Es decir, dos países pequeños y una
ciudad-estado que representan menos del 2% de la población del "mundo
en desarrollo".
Corea del Sur, Taiwán y Singapur, son los únicos casos que han
alcanzado un semblante de desarrollo similar al de las potencias
industrializadas capitalistas, a pesar de la crisis financiera de
1997. Esto significa que se han manejado para convertir sus sociedades
de la agricultura a la industria, con un sector avanzado de servicios,
superando la pobreza generalizada, para levantar sus estándares de
vida y para crear una clase media mayoritaria. A pesar de este logro,
estos países todavía no gozan de las altas rentas ni del desarrollo
científico y cultural, mucho menos de instituciones democráticas ...
Aparte de estas excepciones, la gran mayoría de los países
equivocadamente llamados "en desarrollo" definitivamente no están
experimentando un proceso de desarrollo. Su producción no se ha
modernizado substancialmente, continúan produciendo materias primas y
fabrican con bajos niveles de tecnología. Los 4.8 mil millones
habitantes de estos países están años luz de lograr una significativa
clase media global. Casi 1.3 mil millones personas viven en menos de
un dólar por día y no pueden comprar suficiente alimento; y otros 3
mil millones viven con dos dólares por día, con ninguna esperanza de
satisfacer sus necesidades de salud básica, educación y habitación. En
más de 100 de los países, la renta per capita o no ha cambiado, o es
menor que hace veinte años.
El darwinismo global, la no-viabilidad económica nacional y la
revolución tecnológica, conducida por una competencia globalizada,
promueve un proceso de selección natural, dejando de lado millares de
personas inexpertas y toneladas de materias primas en el mismo momento
en que una explosión demográfica urbana está ocurriendo en los países
pobres. Además, esta selección por el mercado y por la tecnología,
está comenzando a desechar -con precios bajos- la fabricación de
productos con baja entrada tecnológica, producida por el trabajo de
mano de obra abundante, que representa el primer paso hacia la
industrialización en estos países.
En el final del siglo XX, la cantidad de materia prima por unidad de
la producción industrial era dos quintos de lo usado en 1930. Hace más
de cuarenta años una de cada cuatro personas empleadas era un obrero,
el cociente es hoy menor de uno en siete. Durante este proceso, la
población urbana de los países en vías de desarrollo está creciendo
explosivamente y casi se habrá doblado para el año 2020. En los
comienzos del siglo XXI un mil millones nuevos trabajos son
necesarios, pero es difícil crearlos a la vista de las nuevas
tecnologías, que no abastece al proletariado. La revolución
tecnológica está hoy en un curso de colisión con la explosión
poblacional.
La liberalización rápida e indiscriminada de las economías pobres de
acuerdo con las políticas del Banco Mundial y del FMI, sólo ha
empeorado la situación, conectando estas economías con la economía
global; y forzando países a producir sobre la base de las ventajas
comparativas que tenían ya en el mercado mundial. Así, las economías
subdesarrolladas produjeron lo que producían siempre, que son
exportaciones primarias o marginalmente transformadas, sujetas a baja
demanda a cambio de las inversiones especulativas volátiles del casino
financiero global, que no fueron diseñadas para modernizar la
producción. Son esta clase de economías no viables que los gurús del
desarrollo se atreven a llamar "emergentes".
En verdad, las políticas del Banco Mundial y el FMI, a pesar de su
alto costo social, no hicieron emerger nada, sólo sirvieron para
consolidar un patrón de exportaciones que es lo menos competitivo de
la economía mundial hoy. Estos países fueron condenados a exportar
materias primas y productos con entrada tecnológica baja, con los
precios siempre menos atractivos, mientras que importaban de manera
creciente productos manufacturados y servicios con alto contenido
tecnológico y a precios cada vez mayores, empujándolos cada vez más a
endeudarse. Por consiguiente, la gran mayoría de los países
subdesarrollados, en vez de convertirse en nuevos países
industrializados, se convierten en economías nacionales no viables
...**
Si esto es éxito ... el mundo es plano y cuadrado ...
Téngase presente, que la inversión per se -en razón a las modernas
tecnologías y la necesaria competitividad- no genera trabajo
suficiente, a no ser que vaya asociada y comprometida con un segundo
nivel de inversión social productiva, que será el generador de mayor
trabajo y consecuentemente de la mejora del bienestar la población y
la superación de la pobreza. Si esto no se entiende, el resultado de
las recetas neoliberales, será el colapso total de muchos países.
por Luis Bravo Villarán; luis-bravo@prmperu.com
El último fin de semana el periodista de origen argentino Opennheimer
entrevistó al candidato Ollanta Humala, ganador de la primera vuelta
electoral con 31% en el Perú.
El periodista estuvo desafortunado al no guardar la debida neutralidad
y haciendo tándem con el embajador Otto Reich de los EEUU, hicieron un
cargamontón al novel político peruano; quien sin embargo, salió airoso
en algunos pasajes de la desequilibrada entrevista.
Por supuesto, la mayor incidencia la dio el conductor, tratando de
arrinconar a Ollanta Humala en sus presuntas inclinaciones
autoritarias, en su explícita admiración al general Velasco, por el
comandante Chávez de Venezuela y, de paso, o como consecuencia, por el
comandante Fidel Castro de Cuba. En estos casos y, generalmente, mucho
mejor es el respeto que la admiración.
Lo más absurdo de la secuencia, fue la afirmación de Reich –secundada
por el entrevistador moderador- sobre que el neoliberalismo ha sido
exitoso en todo el mundo excepto en Latinoamérica, dejando aparte a
Chile que resulta ser el modelo a seguir. Sobre este país, Humala
señaló que se trata de un país nacionalista, desde el momento que
mantiene el cobre (CODELCO) su principal actividad económica, en manos
del Estado, que así tiene los medios presupuestarios para mantener
debidamente equipada a sus FFAA (sucede similarmente en Ecuador, donde
el canon petrolero está directa e íntegramente asignado a las FFAA).
Claro, en el Perú eso no debe ocurrir dada la vocación pacifista de su
actual presidente, que ha propiciado un desequilibrio estratégico sin
precedentes; y porque los dineros en vez de ir a la compra de armas,
deberían ir a superar la pobreza, lo que desde luego no se ha notado
en absoluto, excepto por su sueldo (uno de los más altos del
continente); ¿cándido, o qué?, ¡no que va, neoliberal!
Volviendo al éxito del neoliberalismo que desde luego no se nota en el
Perú, donde la economía ha crecido, pero el desarrollo se ha estancado
y la pobreza sigue altísima; y recurriendo a lo escrito por el
embajador Oswaldo de Rivero en su libro El Mito del Desarrollo,
pasamos a retratar la verdad del neoliberalismo:
** ... Durante los 40 años pasados, el desarrollo nacional ha sido
pre-anunciado muchas veces y en muchos lugares. En los años 70, era
considerado una conclusión prevista que Brasil conquistaría la pobreza
y se convertiría en una de las potencias del mundo del futuro.
Entonces, igual era dicho de la India. Finalmente, México y los
"países que emergían" de Asia estaban en el mismo camino. Después de
sus crisis financieras severas, la única esperanza restante es China,
un país con más de 1.2 mil millones habitantes, ensillados con
problemas ecológicos severos y donde solamente unos 400 millones de
habitantes tienen suficiente renta para ser consumidores en la
economía global.
El hecho es que en los albores del siglo XXI, hay sobre 100 países que
no se han desarrollado y solamente 3 nuevos países industrializados:
Corea del Sur, Taiwán y Singapur. Es decir, dos países pequeños y una
ciudad-estado que representan menos del 2% de la población del "mundo
en desarrollo".
Corea del Sur, Taiwán y Singapur, son los únicos casos que han
alcanzado un semblante de desarrollo similar al de las potencias
industrializadas capitalistas, a pesar de la crisis financiera de
1997. Esto significa que se han manejado para convertir sus sociedades
de la agricultura a la industria, con un sector avanzado de servicios,
superando la pobreza generalizada, para levantar sus estándares de
vida y para crear una clase media mayoritaria. A pesar de este logro,
estos países todavía no gozan de las altas rentas ni del desarrollo
científico y cultural, mucho menos de instituciones democráticas ...
Aparte de estas excepciones, la gran mayoría de los países
equivocadamente llamados "en desarrollo" definitivamente no están
experimentando un proceso de desarrollo. Su producción no se ha
modernizado substancialmente, continúan produciendo materias primas y
fabrican con bajos niveles de tecnología. Los 4.8 mil millones
habitantes de estos países están años luz de lograr una significativa
clase media global. Casi 1.3 mil millones personas viven en menos de
un dólar por día y no pueden comprar suficiente alimento; y otros 3
mil millones viven con dos dólares por día, con ninguna esperanza de
satisfacer sus necesidades de salud básica, educación y habitación. En
más de 100 de los países, la renta per capita o no ha cambiado, o es
menor que hace veinte años.
El darwinismo global, la no-viabilidad económica nacional y la
revolución tecnológica, conducida por una competencia globalizada,
promueve un proceso de selección natural, dejando de lado millares de
personas inexpertas y toneladas de materias primas en el mismo momento
en que una explosión demográfica urbana está ocurriendo en los países
pobres. Además, esta selección por el mercado y por la tecnología,
está comenzando a desechar -con precios bajos- la fabricación de
productos con baja entrada tecnológica, producida por el trabajo de
mano de obra abundante, que representa el primer paso hacia la
industrialización en estos países.
En el final del siglo XX, la cantidad de materia prima por unidad de
la producción industrial era dos quintos de lo usado en 1930. Hace más
de cuarenta años una de cada cuatro personas empleadas era un obrero,
el cociente es hoy menor de uno en siete. Durante este proceso, la
población urbana de los países en vías de desarrollo está creciendo
explosivamente y casi se habrá doblado para el año 2020. En los
comienzos del siglo XXI un mil millones nuevos trabajos son
necesarios, pero es difícil crearlos a la vista de las nuevas
tecnologías, que no abastece al proletariado. La revolución
tecnológica está hoy en un curso de colisión con la explosión
poblacional.
La liberalización rápida e indiscriminada de las economías pobres de
acuerdo con las políticas del Banco Mundial y del FMI, sólo ha
empeorado la situación, conectando estas economías con la economía
global; y forzando países a producir sobre la base de las ventajas
comparativas que tenían ya en el mercado mundial. Así, las economías
subdesarrolladas produjeron lo que producían siempre, que son
exportaciones primarias o marginalmente transformadas, sujetas a baja
demanda a cambio de las inversiones especulativas volátiles del casino
financiero global, que no fueron diseñadas para modernizar la
producción. Son esta clase de economías no viables que los gurús del
desarrollo se atreven a llamar "emergentes".
En verdad, las políticas del Banco Mundial y el FMI, a pesar de su
alto costo social, no hicieron emerger nada, sólo sirvieron para
consolidar un patrón de exportaciones que es lo menos competitivo de
la economía mundial hoy. Estos países fueron condenados a exportar
materias primas y productos con entrada tecnológica baja, con los
precios siempre menos atractivos, mientras que importaban de manera
creciente productos manufacturados y servicios con alto contenido
tecnológico y a precios cada vez mayores, empujándolos cada vez más a
endeudarse. Por consiguiente, la gran mayoría de los países
subdesarrollados, en vez de convertirse en nuevos países
industrializados, se convierten en economías nacionales no viables
...**
Si esto es éxito ... el mundo es plano y cuadrado ...
Téngase presente, que la inversión per se -en razón a las modernas
tecnologías y la necesaria competitividad- no genera trabajo
suficiente, a no ser que vaya asociada y comprometida con un segundo
nivel de inversión social productiva, que será el generador de mayor
trabajo y consecuentemente de la mejora del bienestar la población y
la superación de la pobreza. Si esto no se entiende, el resultado de
las recetas neoliberales, será el colapso total de muchos países.